Los Voladores del Infinito
Noviembre 15-17, 2024
Atrévete a Ensoñar la Libertad
NUEVO ¡Haz click aquí para abrir la Colcha de Experiencias de los Practicantes!
La Ciudad de México es un lugar como ningún otro. Carlos Castaneda siempre la consideró como un sitio de un poder y una energía muy especiales, disponibles para todos los que buscan la libertad. Definió las cualidades energéticas únicas de la ciudad como la existencia de una gigantesca cúpula de energía que se asienta justo encima y amplifica las cosas, las eleva, las realza.
La libertad de percepción representa un conjunto de posibilidades, de expansión. Motiva e impulsa a crecer, a ser mejores, a desarrollar todo nuestro potencial como seres humanos.
A este lugar mágico lo llamamos el espíritu de los Voladores: los que vuelan, los guerreros cuya conciencia gira en espiral a través del espacio y el tiempo.
Durante los primeros días de mi aprendizaje con Carlos Castaneda, no había tenido hasta ese momento ningún papel público dentro de su trabajo y organización. Un día él me dijo que iba a la Ciudad de México a impartir un taller y que me fuera a dar una vuelta, “solo echa un vistazo, mira cómo están las cosas”, fue como me lo propuso. Yo fui.
El taller se llevó a cabo en un enorme gimnasio que parecía más bien un hangar de aviación. Fue una locura: el lugar estaba lleno con más de mil participantes. Había tres escenarios: uno central donde dos aprendices enseñaban los pases energéticos y dos escenarios laterales adicionales con más aprendices haciendo los mismos movimientos para que más personas los vieran. La energía se sentía como si estuviera concentrada contra el techo. Estaba asombrado.
Esa noche, en mi habitación de hotel, suena el teléfono. El identificador de llamadas muestra Llamada privada, tal como lo haría si mi maestro me llamara, y contesto inmediatamente. Era él. Empieza a hablarme, animado, sobre el primer día del taller. Habla sin pausa durante veinte minutos y luego, tras un breve silencio, dice:
“…Entonces, caballero, mañana por la mañana, sales ahí, subes al centro del escenario y diriges el taller (una sesión de tres horas)”. Mi boca se secó instantáneamente y mi respiración se detuvo. Antes de que pudiera decir una palabra, añadió:
“Y cuéntales todo lo que acabo de decir”. Mi corazón se detuvo por un segundo. Debió haber sentido mi miedo en la pausa de milisegundos antes de que murmurara:
“…por supuesto, nagual.” Luego me miró y dijo, antes de colgar:
“Cuando estés ahí mañana, mirarás a todas esas personas, pero luego no mirarás sus caras sino ligeramente por encima de ellas, hacia el horizonte. Y recuerda que no les estás hablando para que te aprueben; estás hablando al infinito, ahí fuera, en ese horizonte donde está la libertad. Nunca pierdas de vista ese lugar. Ahí es donde va un guerrero”.”
Este taller está dirigido a ese punto de referencia y es una invitación para que vengas a reunir energía y propósito para esa búsqueda, juntos, en esta ciudad especial que puede multiplicar por 10 cualquier intención que establezcas.
Nuestro intento para tu experiencia en el taller:
- Entender el cuerpo humano como un aparato de percepción.
- Aprender a abrir un corredor de percepción hacia la segunda atención.
- La experiencia directa de mover el punto de encaje a la posición de un pájaro, un árbol y la Tierra.
- Cuando la mente pensante se detiene y se abre el mundo del silencio interior.
- La búsqueda de la alegría, la vitalidad y la fe.
- Aprender cómo se mueve la energía alrededor de las esferas luminosas que somos-.