Como doctor en una clínica muy ocupada, a menudo me encuentro en un predicamento similar al de mis pacientes. Esto es, cómo mantenerme enfocado y presente, sin sentir que no hay suficiente tiempo para todo lo que tengo por hacer. Desde reuniones profesionales temprano por la mañana, pasando por una fila animada de pacientes a lo largo del día, hasta el importante tiempo que paso con mi familia, para mí es clave estar vital en todo momento –estar presente física, mental y emocionalmente–.
Necesito involucrarme en escuchar activamente, en ejercitar el pensamiento crítico, planeación de negocios y habilidades motoras finas, así como hacer intervenciones médicas al mismo tiempo. Mientras hago todo esto necesito que mi corazón esté abierto y conectado, y mi espíritu agradecido y alegre. Necesito que mi memoria esté clara, mis músculos relajados y a la vez listos para la acción; que mis funciones corporales se desempeñen en equilibrio, y en general crear la energía necesaria para sostener mi día. Esta es sólo la demanda básica, sin contar otras experiencias o relaciones emocionales que pueden estar presentes en mi mente en cualquier momento. ¡Bienvenido a la vida moderna! Y agárrate de tu asiento porque este viaje sólo se volverá más intenso durante los siguientes años. El tiempo se está acelerando.
Sin importar lo que esté sucediendo en mi vida, estoy sostenido por las prácticas que aprendí de mi maestro Carlos Castaneda. En particular, me enseñó varias series de movimientos para revitalizar cuerpo y mente. Uno de sus favoritos era un movimiento muy simple, y al mismo tiempo poderoso, que llamó Activar el Cuerpo. Un nombre práctico, descriptivo (muy propio de Castaneda).
“Activar el cuerpo” significa primero relajarlo completamente y después, en una fracción de segundo y tras una súbita orden, activar todos los músculos, articulaciones e incluso órganos; a ello le sigue inmediatamente apagar todo de nuevo. El efecto de esto en el sistema nervioso es un estado de prestancia y calma al mismo tiempo –casi como cuando al tomar una ducha fría y después secar la piel, frotándola rápidamente para calentarla, se crea una descarga circulatoria a partir de la derivación del torrente sanguíneo, lo cual es muy vigorizante–. La idea de activarse es muy atrayente, pero la verdadera gema está en el estado opuesto correspondiente: desactivarse. Nuestra capacidad de estar activados se desgasta a menos que exista una capacidad equivalente y opuesta de desactivarnos.
“Tienes que activarte y desactivarte,” me dijo Carlos Castaneda. Entre mayor sea la distancia entre los estados de activación y desactivación musculares, más fuerte es la activación de la conciencia del cuerpo. Cuando aplicamos esto al músculo del corazón, lo llamamos Variabilidad del Ritmo Cardiaco (HRV), y entre mayor sea la variabilidad (entre más distancia haya entre los latidos del corazón) más saludable será el resultado a largo plazo no sólo del corazón, sino de indicadores de salud generales en todos los sistemas corporales.
Biológicamente, la desactivación es algo que nos ha sido dado. A pesar que que quizá lo hayamos olvidado ahora, estamos diseñados naturalmente para ser capaces de desactivarnos sin esfuerzo por nuestra parte. Está en nuestra naturaleza. Esto es lo que vi con mis propios ojos cuando estaba en un safari en las llanuras del Serengeti. Un par de leonas persiguió a un grupo de gacelas Impala. Las gacelas entraron en pánico y corrieron en todas direcciones. Las leonas finalmente atraparon a una de ellas, se reunieron para comérsela, y entonces, cerca de donde sucedió, el resto de los Impala regresó a pastar como si nada hubiese sucedido. Entonces, ¿por qué cuando, por ejemplo, nos sentimos traicionados por lo que alguien nos dijo nos quedamos contraídos y ansiosos durante días, meses, o incluso años?
Quienes tienen el mejor desempeño saben que la habilidad de desactivarse es tan importante como ese momento en el cual se activan. Los tenistas de élite son un gran ejemplo de ello. ¿Cómo sostiene un jugador la energía a lo largo de una partida que dura horas? Entran en ciclos de activación a desactivación y viceversa, de momento a momento. Con algunos jugadores, podría parecer que tienen todo el tiempo del mundo para enviar un servicio al otro lado de la red.
Nosotros, también, podemos tener todo el tiempo del mundo y funcionar a nuestro nivel más alto.
En nuestro Retiro en Los Angeles: Energía Radiante + Salud Radiante, te mostraremos como re-adiestrar a tu cuerpo para desactivarse cuando no necesita estar activado, de forma que puedas obtener descanso profundo, aprovechar tu energía y moverte con flexibilidad. Aprenderás a identificar patrones de tensión que sostienes en tu fascia –la fascinante red de tejido suave que se activa para ayudarnos a llevar a cabo todas las cosas que necesitamos hacer en la vida–, y liberar esos patrones para que ya no interfieran con el ciclo de activación-desactivación requerido para que te desempeñes en tu mejor nivel.
Los tiempos han cambiado, y en nuestro mundo actual aprender a adaptarnos mejor a las demandas crecientes que la vida nos plantea es vital. También ayuda mucho recibir tratamientos especializados para apoyar la renovación de tu cuerpo, así como invertir tiempo en buscar el equilibrio neurológico. Estas cosas no son lujos. Son, hoy más que nunca, necesidades.
En salud, alegría y energía,
Dr. Miles Reid
Thank you for the educational and inspiring words!!
Ingrid Argueta